miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cómo vivía las posadas.

Hoy estube pensando en mis Navidades de cuando era niña.

Eran tan bellas y divertidas, llenas de cálido olor a Ponche, de papeles de colores con que se adornaban las piñatas que nosotros mismos hacíamos, de hilos que cruzaban el patio de mi casa con heno colgado y unos farolitos de papel que cada año se tenian que reponer.

La fruta que había que comprar para llenar la piñata y que compraba mi papá puntualmente cuando llegaba del trabajo, unas canastitas de papel de china donde se ponia "la colación" que no era otra cosa que dulces de color pastel y perfumados Las canastitas había que llenarlas y al final repartir entre grandes y chicos.

Los niños formados para recibir una velita que se prendía mientras se cantaba; no se qué se cantaba, pero era toda una aventura llevar una velita encendida atras de una niña con cabello largo sin tener un accidente.

Teníamos que pegarle a la piñata con un pañuelo cubriendonos los ojos, mientras alguien mecia de un lado a otro "una estrella", o "una zanahoria" o alguna "obra de arte" que escondía una olla de barro. El sonido al golpearla es indescriptible, cuando sabías que era "un golpe de muerte para la piñata".

Cuando al fin algún niño más grande o más fuerte, rompía la piñata, nos tirabamos al suelo para recoger, entre tepalcates (pedazos de esa olla de barro) cañas dulces, jicamas y limas, tejocotes (con un color a mejillas de niño lleno de pecas). Ese era el gran regalo de la piñata, y todos eramos felices, allí en el patio nos quedábamos comiendo nuestra fruta, mientras "alguien" (que era mi mamá) barría el patio.

Esa era una típica Posada en la casa de mis papás, con mis hermanos y vecinos. Ellos núnca se imaginaron la alegría que hasta hoy me traen esos recuerdos sencillos, llenos de olores y colores, sabores, gritos de alegría y canciones, foquitos de colores en un Nacimiento, con un lago de espejo y unos Peregrinos.

1 comentario:

Faby dijo...

Gracias Lulú por compartirnos estos hermosos recuerdos que ahora se han perdido casi por completo, tal vez deberíamos retomar algunos de ellos para que nuestros niños supieran lo que era una hermosa posada.

Te quiero mucho